Siento que me acerqué de veras a su historia. El estereotipo era, maldita sea, cierto.
Comilona Jiménez – Escribir a lápiz, comer a las cuatro
Por Almudena Jiménez Últimamente, una de las frases que más le repito a todo el mundo es “lo que no tengo apuntado en mi agenda, no existe” y, en el instante inmediatamente posterior, me doy cuenta de a lo que ha sonado. Hay que ver los ímprobos esfuerzos que, a...
Comilona Jiménez – Jamón, lomo y queso
Si he extraído alguna conclusión de todo este menú imposible de configurar sin ápice de duda, es que la apuesta por lo obvio, por acertar en la medida de la posible, te sumerge en un mar de dudas de difícil salida.
Comilona Jiménez – Los recuerdos que me gustan
Nadie prepara las fresas como las preparaba mi tía. Creo que era la paciencia, el amor al imaginarnos comiéndolas como el mejor postre posible, o la ninguna prisa que tenía para hacer absolutamente nada…
Comilona Jiménez – Por un par de lechugas
De repente, esa vendedora hizo de lo ordinario algo extraordinario.
Comilona Jiménez – La pizza hay que pedirla entre semana
Entre semana existe otra calma, y la saboreo cuando destapo la caja de cartón sobre la mesa baja del salón.
Comilona Jiménez – Las mesas con su propia lamparita
Hablo de aceptar sin recovecos las pasiones.
Comilona Jiménez – Solucionar septiembre
Septiembre se ha puesto algunos ratos puñetero, pero otros he salido a comer con mi madre, he imaginado las canciones que sonarán en mi boda, y he respirado el aire la sierra de Gredos con amigos que hacía tiempo que no veía.
Comilona Jiménez – Recoger con las manos
Es también un paseo si el calor afloja una tarde de agosto recolectando las moras silvestres de las zarzas, con las manos negras, mezcladas después con el olor de unos cuantos tallos de hinojo.
Comilona Jiménez – Un viaje a un banco de piedra
Santerra me llevó a todos los veranos de mi vida partiendo piñones y a darle patadas a las piñas que no están abiertas.