La decisión se toma después de que la región haya experimentado descensos en la incidencia de la gripe, situándose esta semana en 81,3 casos por cada 100.000 habitantes, en comparación con los 159 de la semana anterior y los 177 de la anterior.
Recomendación pero no obligación
La Comunidad de Madrid ha abogado desde el principio por considerar el uso de mascarillas como recomendación, especialmente para personas con síntomas de infección respiratoria y aquellos considerados vulnerables, como personas mayores e inmunodeprimidos.
La consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute, ha reiterado en varias ocasiones que no había un “estado de emergencia ni tampoco de alerta para la salud pública” que justificara la medida impuesta por el Ministerio de Sanidad.
Matute ha calificado la medida de “improvisada” y ha destacado que no ha tenido impacto en la disminución de la incidencia de virus respiratorios, ya que la tendencia a la baja ya se apuntaba antes de su entrada en vigor.
A pesar del fin de la obligatoriedad, la consejera ha instado a la población a seguir siendo responsable y ha señalado que el pico de la incidencia de la gripe ya se ha alcanzado, aunque ha pedido prudencia debido al inicio del curso escolar.
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