El pasado jueves, Noelia, una niña de cuatro años, perdió la vida en el Hospital 12 de Octubre de Madrid luego de sufrir un ahogamiento en la piscina cubierta del colegio Villalkor en Alcorcón, un día antes. El trágico incidente ocurrió durante la clase de natación, cuando la pequeña fue encontrada inconsciente en el agua al finalizar la sesión de juegos supervisados por los monitores.

Según testigos presenciales, uno de los monitores notó a Noelia flotando y la sacó del agua sin signos vitales. Inmediatamente, comenzaron las maniobras de reanimación por parte de los monitores y posteriormente se sumaron agentes de policía municipal, quienes siguieron las instrucciones del centro de emergencias para intentar salvarla. Los servicios sanitarios del Summa 112 lograron revertir la parada cardiorrespiratoria de la niña antes de trasladarla al hospital, donde lamentablemente falleció horas después.

La Policía Nacional ha iniciado una investigación y ya ha interrogado a los monitores de natación del colegio. Mientras tanto, el centro educativo ha optado por colocar lazos negros en señal de duelo y ha cancelado eventos como la fiesta de la espuma, aunque no ha comunicado oficialmente el fallecimiento de Noelia. En un comunicado previo al trágico desenlace, el colegio había informado sobre el accidente sin mayores detalles.

Los padres de otros alumnos han expresado preocupaciones acerca de la supervisión durante las clases de natación, mencionando que en ocasiones los monitores parecían distraídos o utilizando sus teléfonos móviles mientras los niños jugaban en el agua poco profunda. Además, han señalado una disminución en la calidad de la enseñanza desde que el colegio pasó de concertado a privado, con clases masificadas y falta de personal cualificado.

El colegio Villalkor ha optado por no realizar declaraciones adicionales respecto a las quejas de los padres, mientras las clases de natación se reanudaron con normalidad el jueves, aunque la piscina carece de cámaras de seguridad.

Esta tragedia ha conmocionado a la comunidad educativa y a los padres de los estudiantes, quienes demandan respuestas claras sobre lo sucedido y medidas para garantizar la seguridad de los niños durante las actividades escolares.