El Ministerio de Educación de España está preparando una nueva versión de la Selectividad que promete cambios significativos en la forma en que se evalúa a los estudiantes. Según lo informado por El País, se dejará atrás el modelo de examen basado en la memorización para adoptar uno centrado en competencias. Esto implica que los estudiantes podrán utilizar calculadoras y diccionarios durante la prueba, con ecuaciones o tablas necesarias impresas en la primera página.
Este cambio no solo afectará la forma en que se lleva a cabo la Selectividad, sino que también tendrá un impacto en la educación secundaria y bachillerato, donde se espera un cambio de paradigma hacia el razonamiento y la aplicación práctica del conocimiento. Aunque algunos expertos han elogiado esta transición, otros han expresado preocupaciones sobre el posible detrimento en la calidad de la enseñanza al enfocarse demasiado en competencias utilitarias.
El objetivo principal es pasar de un enfoque centrado en “saber” a uno enfocado en “saber hacer”, donde los estudiantes puedan aplicar el conocimiento en situaciones reales. Esto se reflejará en los exámenes, que incluirán problemas concretos y permitirán el uso de materiales auxiliares. Además, se buscará homogeneizar la prueba en todo el territorio nacional mediante criterios de corrección comunes y una revisión más rigurosa de los exámenes.
Estas reformas también afectarán la estructura misma de la prueba, eliminando la opción de omitir partes del currículum y estableciendo un sistema de revisiones más justo y transparente. En resumen, la Selectividad se prepara para un cambio significativo que busca adaptarse a las demandas de una educación más orientada hacia el desarrollo de competencias prácticas y el razonamiento crítico.
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