Los casos de sarna han experimentado un alarmante aumento en la Comunidad de Madrid en los últimos años, con un incremento de cinco veces desde 2018, alcanzando un total de 18,352 casos registrados en 2023. Este año, la tendencia continúa, con cuatro brotes reportados y 37 personas afectadas, en contraste con los 22 brotes y 24 afectados notificados durante el mismo período el año anterior.
Aunque la escabiosis fue reconocida como una enfermedad tropical desatendida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020, su propagación no se limita únicamente a países con bajos niveles socioeconómicos. Países europeos como Noruega, Alemania y España han observado un aumento en las consultas por infestaciones de ácaros, incluso antes de la pandemia de COVID-19.
En la Comunidad de Madrid, la notificación de casos se realiza a través de brotes epidémicos a la Red de Vigilancia Epidemiológica, ya que la escabiosis no es una enfermedad de declaración obligatoria ante casos individuales. Durante los últimos seis años, se han registrado 47,849 consultas en Atención Primaria y 12,368 en Urgencias Hospitalarias, con 21 hospitalizaciones, siendo los distritos de Puente de Vallecas, Usera y Villaverde los más afectados.
Un Desafío Sanitario Emergente en Medio de la Pandemia
Durante los últimos dos años, se ha observado un aumento significativo en el número de brotes en todos los ámbitos, con un énfasis particular en las residencias de personas mayores. Este entorno altamente vulnerable, caracterizado por sus especiales condiciones, requiere una atención especial en términos de educación sanitaria, vigilancia activa y tratamiento precoz para prevenir eficazmente la transmisión de la enfermedad y controlar los brotes.
La sarna es una infección parasitaria de la piel causada por el ácaro Sarcoptes scabiei, que produce un intenso prurito, especialmente durante la noche. La transmisión ocurre principalmente por contacto directo con personas infectadas, aunque también puede ocurrir al compartir ropa, sábanas o toallas. El tratamiento implica medidas farmacológicas y de higiene, con opciones como la aplicación de permetrina tópica al 5% o la administración de ivermectina oral como tratamiento de primera línea.
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