Se ha puesto en marcha, de nuevo, un servicio de catering para el mes de agosto dirigido a personas en situación de extrema vulnerabilidad en la antigua guardería del barrio de Zarzaquemada. Esta iniciativa tiene como principal objetivo asegurar la alimentación de aquellos usuarios habituales del comedor social de Paquita Gallego.
La reapertura de este local para dicho acto está en contra de la voluntad de los vecinos de la zona dado que aseguran “estamos cansados de que vengan personas que se ponen a dormir y a beber en el parque que está pegado a la caseta donde bajamos a nuestros hijos a jugar y donde descansan nuestros abuelos. Los bancos se llenan de bebidas, de heces y de suciedad, cartones y litronas. Es imposible acercarse a la plaza cuando se ofrece este servicio.” Y es que en anteriores ocasiones, los vecinos llegaron a presentar una recogida de firmas para que el emplazamiento se situara en otro lugar que no afectara al día a día de los que lo frecuentan. Consideran que es una buena iniciativa, pero aseguran que es insoportable como se quedan los alrededores cuando esto sucede.
Este emplazamiento comenzó siendo una guardería muy valorada pero pasó a ser un centro social que provocó muchos conflictos en el barrio. Otra vecina asegura que ha llegado a ver a personas desfavorecidas practicando sexo en los bancos del parque a las seis de la tarde. Es una situación bastante delicada para todo el mundo que frecuenta esta zona.
La distribución de alimentos, que incluye comidas tipo pícnic para el almuerzo y la cena, se lleva a cabo en colaboración con la asociación Manos Solidarias en Zarzaquemada, específicamente en las ubicaciones de la calle de la Alcarria y la Avenida Lengua Española.
Jesús Rodríguez subraya que el propósito fundamental de esta iniciativa es “asegurar el acceso a la alimentación de las personas más vulnerables en el municipio, en especial aquellas que usualmente acuden al comedor de Paquita Gallego, para que no les falten las comidas principales durante el mes de agosto”. Además, el concejal aprovecha la oportunidad para reconocer y agradecer la labor de las voluntarias del comedor Paquita Salas, quienes durante todo el año trabajan para garantizar que nadie pase hambre, así como también valora la participación de los voluntarios de Manos Solidarias que se suman una vez más a este noble proyecto solidario.
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