La marcha, convocada por el Sindicato de Inquilinas, reunió a entre 22.000 y 150.000 personas, demandando una reducción de los alquileres y advirtiendo sobre la creciente crisis habitacional.
Este domingo, miles de personas salieron a las calles de Madrid para exigir una rebaja urgente en los precios del alquiler, en una manifestación convocada por el Sindicato de Inquilinas. La concentración comenzó a las 12:00 horas en la Glorieta de Carlos V y se extendió por varias calles de la capital. Según la Delegación del Gobierno, participaron unas 22.000 personas, mientras que los organizadores cifraron la asistencia en alrededor de 150.000.
El objetivo de la protesta fue presionar a los caseros, la patronal inmobiliaria y al Gobierno para que adopten medidas inmediatas ante el aumento de los alquileres. Valeria Rapu, portavoz del Sindicato de Inquilinas, advirtió que “el tiempo se ha acabado” para quienes especulan con la vivienda, y que si no se actúa, muchos inquilinos dejarán de pagar, ya que “no hay suficientes policías ni jueces para desahuciar a todos”.
La manifestación contó con el apoyo de diversas organizaciones sociales, entre ellas CCOO, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Amnistía Internacional y Ecologistas en Acción. Además, una protesta paralela tuvo lugar en Barcelona, organizada por el Sindicat de Llogateres.
Figuras políticas también se hicieron presentes. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, pidió una regulación del mercado inmobiliario para detener la especulación. Por su parte, Ione Belarra, secretaria general de Podemos, instó a prohibir la compra de viviendas por parte de fondos de inversión. Desde el ámbito socialista, Javier Camino, secretario general de las Juventudes Socialistas, criticó duramente las políticas de vivienda del Partido Popular.
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