Más de 160 millones de ciudadanos deciden hoy entre dos visiones opuestas para el futuro de la democracia en EE.UU.

Este martes, más de 160 millones de estadounidenses se preparan para votar en unas elecciones presidenciales consideradas trascendentales, eligiendo entre Kamala Harris y Donald Trump. La votación se percibe como una encrucijada que podría definir el rumbo de la democracia en Estados Unidos, con Harris buscando convertirse en la primera presidenta y Trump volviendo al poder con una agenda polémica.

En estados clave como Pensilvania, Wisconsin y Michigan, las encuestas muestran una carrera ajustada entre ambos candidatos, y algunos votantes están preocupados por posibles disputas legales e incluso incidentes de violencia, ya que Trump ha cuestionado la legitimidad del proceso y difundido acusaciones de fraude. La división de género es notoria, con muchas mujeres apoyando a Harris mientras que la mayoría de los hombres se inclinan por Trump, lo que podría ser decisivo en estos estados disputados.

La movilización es alta, especialmente entre las mujeres y las comunidades migrantes, a pesar de las amenazas y episodios violentos en el país durante la campaña. Figuras como David Axelrod, exestratega de Obama, apuntan a que el voto de las mujeres será clave para Harris. Mientras tanto, la guerra en Ucrania ha impulsado a la comunidad ucraniano-estadounidense en Pensilvania a votar para evitar que Trump favorezca a Rusia en un eventual conflicto.

Con una participación estimada superior al 70%, millones de personas han ejercido el voto anticipado, y activistas en todo el país han redoblado esfuerzos para aumentar la participación. Este martes será decisivo para el futuro del país y para definir quién conducirá a Estados Unidos en los próximos cuatro años.