Los soterramientos y cubriciones de grandes vías transformarán accesos y barrios clave entre 2025 y 2027
Las principales obras de transformación urbana de Madrid avanzan conforme al calendario establecido y permitirán modificar de forma sustancial algunos de los grandes ejes de entrada y circulación de la capital. El Ayuntamiento confía en que la entrada y salida por la antigua carretera de Extremadura, vinculada al soterramiento de la A-5, esté finalizada el próximo mes de noviembre, mientras que la nueva puerta de acceso por el norte, asociada a la reforma del entorno del Paseo de la Castellana y Plaza de Castilla, podría estar lista en la primavera de 2027. Estas actuaciones forman parte de una estrategia municipal para mejorar la movilidad, reducir el impacto ambiental del tráfico y recuperar espacio urbano para los peatones.
En paralelo, la cubrición de la M-30 a su paso por Ventas también avanza según lo previsto y se espera que concluya durante el primer semestre de 2027. En esta zona, situada junto a la Plaza de Toros, los trabajos se están intensificando especialmente en horario nocturno con el objetivo de reducir molestias a vecinos y comercios. La intervención permitirá generar una nueva superficie urbana que conectará ambos lados de la vía actualmente soterrada, facilitando la creación de zonas verdes, espacios estanciales y recorridos peatonales que hoy no existen.
El Ayuntamiento ha subrayado que el objetivo principal es que los residentes “tarden el menor tiempo posible en recoger los frutos de las incomodidades”, en referencia a las molestias temporales derivadas de las obras. Desde el Consistorio se insiste en que los plazos se están cumpliendo e incluso mejorando, gracias a una planificación escalonada de los trabajos y al uso de técnicas constructivas que reducen el ruido y las afecciones al entorno. Vecinos y comerciantes comienzan ya a anticipar posibles beneficios como la revalorización de viviendas y locales, la disminución de la contaminación acústica y una mayor calidad del espacio público.
De cara a 2026, está prevista una segunda fase en algunas actuaciones, como en el ámbito de Ventas, donde se seguirán aplicando medidas para minimizar el impacto sobre el día a día del barrio. Las autoridades municipales consideran que estas intervenciones no solo transforman la fisonomía urbana, sino que también tienen efectos estructurales sobre la movilidad sostenible, la cohesión entre barrios y la competitividad económica de la ciudad, al mejorar la accesibilidad y el atractivo de zonas que históricamente han estado condicionadas por grandes infraestructuras viarias.






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