La tranquilidad de dos empresas en Granada, una en Ogíjares y otra en Cúllar Vega, se vio sacudida por un astuto ataque cibernético perpetrado por ciberdelincuentes hábiles. Estos individuos lograron acceder a los servidores informáticos de ambas compañías, obteniendo las codiciadas credenciales de administrador y acceso a las cuentas de correo electrónico asociadas.

Una vez dentro de los sistemas, los delincuentes cibernéticos no desperdiciaron tiempo en espiar el flujo financiero de las empresas. Descubrieron que se esperaba el pago de facturas legítimas a través de proveedores confiables. Sin embargo, en un giro perverso, suplantaron la identidad de estos proveedores legítimos y enviaron a las empresas atacadas solicitudes de pago fraudulentas, con números de cuenta alterados.

El golpe fue sutil pero devastador. Las víctimas, confiadas en la legitimidad de las solicitudes de pago recibidas, procedieron a realizar los pagos requeridos. Una empresa en Ogíjares transfirió la suma de 25.000 euros, mientras que otra en Cúllar Vega desembolsó 68.000 euros, ambos a cuentas bancarias controladas por los ciberdelincuentes.

La verdadera magnitud del fraude solo se hizo evidente semanas después, cuando las empresas supuestamente “proveedoras” solicitaron nuevamente el pago de las facturas legítimas. Al comparar los detalles de las solicitudes de pago fraudulentas con los de las legítimas, las víctimas descubrieron la astuta estafa a la que habían sido sometidas.

Ante esta situación, los agentes del equipo de la Comandancia de Granada tomaron las riendas de la investigación. Tras una laboriosa tarea, identificaron a ocho individuos involucrados en el elaborado esquema de fraude. Aunque la mayoría de ellos permanecen prófugos, la atención se centra en una joven de 21 años con domicilio en Getafe. Esta joven, señalada como la titular de la cuenta bancaria donde terminaron 93.000 euros de los fondos estafados, ha sido objeto de una investigación minuciosa por parte de las autoridades.

Hasta el momento, la Guardia Civil ha logrado recuperar 12.400 euros de los fondos transferidos fraudulentamente. Sin embargo, el esfuerzo por identificar y capturar a los demás responsables del fraude continúa. Este incidente no solo destaca la sofisticación creciente de los ataques cibernéticos, sino que también subraya la importancia de la vigilancia constante y la precaución en el mundo digital empresarial.