El hospital de emergencias Enfermera Isabel Zendal de Madrid, concebido para “asombrar al mundo”, ha experimentado múltiples cambios de función en sus tres años de existencia. Desde su inauguración, ha servido como centro para pacientes con COVID-19, punto de vacunación, refugio para refugiados ucranianos, centro coordinador del SUMMA 112 y, más recientemente, como centro de media estancia. Sin embargo, su capacidad se ha visto notablemente reducida en comparación con las 1.000 camas proyectadas inicialmente.
En este último año, su actividad se ha visto aún más disminuida, lo que indica una nueva transformación próxima: se convertirá en un centro de día para pacientes con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Estos cambios constantes plantean interrogantes sobre el futuro y la utilidad a largo plazo de este controvertido centro hospitalario.
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