La esposa de Pedro Sánchez rechaza haber influido en licitaciones o haberse apropiado del software de la Complutense.
La esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, ha comparecido este miércoles ante el juez Juan Carlos Peinado, que la investiga por presuntos delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo. A diferencia de sus declaraciones anteriores, esta vez Gómez ha respondido a las preguntas de su abogado, Antonio Camacho, durante algo más de media hora.
Gómez ha negado cualquier implicación en los procesos de licitación pública relacionados con el empresario Juan Carlos Barrabés y ha asegurado que su participación se limitó a firmar cartas de recomendación habituales en estos procedimientos. Según explicó, estas cartas también fueron suscritas por otras entidades como Microsoft, IBM y Orange, y no tuvo conocimiento de los resultados de las licitaciones hasta que fue imputada.
Sobre la acusación de apropiación indebida del software de la cátedra Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid, Gómez sostuvo que nunca perteneció a la universidad y que su registro se realizó para proteger el proyecto mientras se desarrollaba. También rechazó que su contratación por el Instituto de Empresa en 2017 tuviese relación con su vínculo con Pedro Sánchez, dado que este aún no era presidente del Gobierno en ese momento.
El abogado de Gómez ha defendido que su cliente “no tiene nada que esconder” y que ha actuado de manera correcta en todo momento. Además, subrayó que las reuniones celebradas en La Moncloa, donde ella residía, respondieron a la necesidad de avanzar en la puesta en marcha de la cátedra en el contexto de la pandemia.
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