El presidente de EE. UU. rompe públicamente con Elon Musk tras críticas a su ley económica y amenazas de impeachment

La relación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el empresario Elon Musk ha entrado en una fase de confrontación total. En medio de una disputa abierta por una nueva ley económica aprobada por el Gobierno, Trump ha amenazado con cancelar todos los contratos federales de las empresas de Musk, como Tesla y SpaceX, a lo que el magnate ha respondido con duras acusaciones personales y políticas, incluida una referencia directa a los archivos de Jeffrey Epstein.

La tensión estalló después de que Musk calificara la ley fiscal de Trump de “abominación repugnante” por su impacto en el déficit, los subsidios a vehículos eléctricos y las barreras comerciales. Trump, visiblemente molesto, respondió que eliminaría miles de millones en subsidios relacionados con Musk: “La forma más fácil de ahorrar dinero es quitarle los contratos a Elon”, declaró en sus redes sociales. El impacto fue inmediato: Tesla cayó casi un 15 % en bolsa.

En respuesta, Musk sugirió que Trump debería ser objeto de un proceso de destitución y aseguró que el presidente figura en los documentos relacionados con Epstein, generando una nueva ola de polémica. Incluso llegó a anunciar temporalmente la cancelación del uso de la nave Dragon por parte de NASA, un movimiento que habría afectado gravemente a las operaciones espaciales estadounidenses, aunque luego retiró la amenaza.

Trump ha declarado sentirse “muy decepcionado” con Musk y ha revelado que rechazó una recomendación suya para dirigir la NASA, lo que también pudo haber influido en el conflicto. Esta ruptura marca el final de una alianza estratégica entre política y tecnología que tuvo un papel clave en la victoria electoral republicana, según el propio Musk. Las implicaciones son profundas: desde posibles consecuencias económicas hasta cambios en la colaboración público-privada en sectores clave como el espacio, la automoción y la energía.