Los dinosaurios caminaban por nuestras “calles” hace millones de años
Una antigua especie, el Iguanodon, ha sido localizado en el yacimiento CM-8 en Cabra de Mora, Teruel. Y es que, no es sorpresa que en esta zona geográfica española nos encontremos con nuestros antecesores, animales que habitaron a sus anchas en la que ahora consideramos “nuestra” Tierra, y que pisaron, probablemente, en los mismos espacios en los que ahora mismo posamos nuestros propios pies.
Este nuevo descubrimiento se trata de un dinosaurio de 127 millones de años, el más antiguo del mundo, del cual se ha encontrado una enorme tibia, huesos de la cintura escapular y partes de su columna vertebral, formando así un 10% de su esqueleto total.
Según las investigaciones, este gran ejemplar tendría una medida de alrededor de 11 metros y pesar en torno a 4 toneladas. Sin embargo, su gran tamaño no implicaba un gran peligro, y es que, aunque estamos acostumbrado a los grandes colmillos de Jurassic Park, este Iguanodón era herbívoro y habitó durante el Jurásico y el Cretácico.
A pesar de que siempre escuchamos que la mayor parte de los dinosaurios tenían grandes similitudes con las aves, parece que la idea de sus temibles garras es mucho más atractiva. Esta será una de esas veces, ya que este dinosaurio poseía una especie de pico y unas grandes extremidades que le permitían andar de forma bípeda y cuadrúpeda. Además, eran curiosos sus pulgares, que terminaban en forma punzante.
Sin embargo, el Iguanodón no vivía solo, en el mismo yacimiento también se han encontrado restos de otras especies carnívoras, los conocidos espinosáuridos (aquellos con una gran aleta dorsal o “espina”), saurópodos (los conocidos “cuellilargos”), y también, animales con los que convivimos actualmente, como cocodrilos y tortugas. Las numerosas huellas o también llamadas “icnitas” de los pies y las manos también nos dan muchísima información de su día a día.
El descubrimiento de este dinosaurio se produjo hace 200 años, sin embargo, sus andaduras por el planeta Tierra se remontan a tiempos inmemorables, donde ni la misma Tierra sabía o podía saber de nuestra existencia.
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