Las autoridades mantienen la búsqueda de 41 desaparecidos mientras se prevén nuevas lluvias en la zona afectada
Las inundaciones repentinas en el centro de Texas han dejado al menos 82 muertos, entre ellos 28 menores de edad, y al menos 41 personas desaparecidas, según confirmaron las autoridades este domingo. El río Guadalupe, en el condado de Kerr, creció más de ocho metros en apenas 45 minutos, arrasando con viviendas, campamentos y vehículos. El desastre tuvo lugar el pasado viernes 4 de julio, coincidiendo con la festividad nacional, lo que ha dificultado el recuento de personas afectadas.
El gobernador Greg Abbott declaró el domingo 6 de julio como día de oración estatal y aseguró que las autoridades trabajarán “sin descanso” para encontrar a todos los desaparecidos. Además, advirtió que se esperan nuevas precipitaciones hasta el martes, lo que podría agravar la emergencia. Abbott pidió a la ciudadanía no intervenir en las búsquedas por su cuenta, pero numerosos familiares y voluntarios han recorrido por su cuenta las orillas del río en busca de supervivientes.
El presidente Donald Trump firmó una declaración de desastre mayor para facilitar ayudas federales al condado de Kerr. “Estas familias están soportando una tragedia inimaginable”, escribió en sus redes sociales. Por su parte, el Papa León XVI expresó sus “sinceras condolencias” tras el Ángelus dominical, solidarizándose con los afectados. Más de 850 personas han sido rescatadas en las primeras 36 horas gracias a operativos con helicópteros, barcos y drones.
Mientras continúa el drama humano, las autoridades locales enfrentan críticas por no haber emitido suficientes advertencias en una zona históricamente vulnerable a las inundaciones. Aseguran que el volumen de lluvia fue inusualmente alto y difícil de prever. La región, conocida por sus campamentos juveniles y zonas de ocio, estaba especialmente concurrida por el puente festivo, lo que complica la identificación de víctimas y desaparecidos.
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