La Comunidad de Madrid ha implementado un servicio gratuito de detección con drones equipados con cámaras térmicas para ayudar a los ganaderos a identificar animales enfermos en explotaciones de bovino. Esta iniciativa, especialmente útil para detectar casos de Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), permite a los ganaderos tomar medidas rápidas al identificar ejemplares con temperatura corporal anormal, uno de los primeros signos de la enfermedad. Los drones contribuirán a mejorar la vigilancia y prevenir la propagación de la EHE en la región.

La EHE afecta a rumiantes domésticos y silvestres, como bovinos, ovinos, caprinos, ciervos, gamos y corzos. Aunque la enfermedad no es transmisible a los humanos ni afecta a la cadena alimentaria, su detección temprana es fundamental para el bienestar de los animales. Los síntomas de la EHE incluyen úlceras, inmovilidad y la reducción del consumo de alimentos y agua por parte de los animales afectados.

El Gobierno regional ya ha informado a los ganaderos y a las Asociaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) sobre esta nueva herramienta tecnológica. Además, se llevará a cabo una reunión con representantes ganaderos para evaluar la efectividad del servicio y discutir la posibilidad de aumentar la vigilancia en caso de ser necesario.

La EHE es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa que se transmite principalmente a través de vectores, como insectos. La mayoría de los casos son leves o moderados, con una baja tasa de mortalidad. Sin embargo, los animales afectados pueden experimentar cojeras y úlceras en la boca, lo que puede afectar su movilidad y capacidad para alimentarse y beber.

En la Comunidad de Madrid, se han registrado dos nuevos focos de EHE en bovinos en las delegaciones comarcales de agricultura de Alcalá de Henares y San Martín de Valdeiglesias, sumándose a los casos anteriores en Madrid, Colmenar Viejo, Buitrago del Lozoya, El Escorial y Torrelaguna.

Dado que no existe una vacuna para prevenir la EHE, la mejor estrategia de prevención incluye el uso de insecticidas y repelentes en animales, medios de transporte e instalaciones, así como la aplicación de insecticidas y larvicidas en áreas propensas a la cría de vectores. En la Comunidad de Madrid, existen 1.554 explotaciones de bovino con un censo de 98.672 animales. Hasta la fecha, se han notificado 1.769 reses sintomáticas por veterinarios, con una tasa de mortalidad del 0,17%, significativamente más baja que la tasa nacional del 1%.