El presidente del Gobierno defiende la inocencia del fiscal general y descarta convocar elecciones anticipadas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reafirmó este domingo su confianza en la inocencia del fiscal general del Estado, Álvaro García Órtiz, quien está siendo investigado por presunta revelación de secretos relacionada con Alberto González Amador, pareja de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Sánchez aseguró que “el Gobierno ha respaldado con argumentos y razones a una persona inocente” y confía en que la justicia demostrará su inocencia.

En relación con las críticas sobre su opinión de que algunos jueces hacen política, Sánchez reconoció que debe ser “muy escrupuloso y respetuoso” con los procedimientos judiciales, al tiempo que denunció lo que calificó de “máquina del fango” impulsada por la derecha y la ultraderecha. Además, reiteró su confianza en la justicia en causas abiertas que afectan a su familia y defendió que la polarización política en España es “asimétrica”, señalando que el PSOE ha sufrido más ataques que ninguna otra organización política.

Sánchez también confirmó su intención de presentarse a la reelección en 2027, defendiendo que en el PSOE “no ha habido en absoluto financiación irregular” y contrastando esta afirmación con la existencia de sentencias firmes por financiación irregular en el Partido Popular. Sobre la situación parlamentaria, descartó convocar elecciones anticipadas pese al bloqueo de Junts y señaló que su Gobierno ha cumplido con los compromisos acordados con el partido catalán en las competencias correspondientes.

El jefe del Ejecutivo subrayó la necesidad de articular acuerdos con el PP, aunque criticó la alianza de este partido con la ultraderecha, especialmente en temas como la emergencia climática. Asimismo, advirtió que la derecha política y mediática tiende a blanquear el discurso de la ultraderecha para evitar que las fuerzas progresistas gobiernen. Sánchez afirmó que los logros económicos y sociales de su Gobierno en los últimos siete años evidencian que la complejidad parlamentaria no impide el buen gobierno.