La ex portavoz de Vox entrega su acta de diputada con críticas a la dirección del partido tras ser sustituida por José Antonio Fúster.

Rocío Monasterio ha anunciado su renuncia al acta de diputada en la Asamblea de Madrid, tras ser destituida como presidenta de Vox en la comunidad. La decisión se produce en un contexto de reestructuración interna del partido, que ha nombrado a José Antonio Fúster, actual portavoz nacional de Vox, como su sucesor. Durante su intervención, Monasterio criticó la falta de democracia interna en el partido, destacando que el comité ejecutivo provincial de Vox en Madrid era el único elegido por los afiliados.

En sus declaraciones, Monasterio afirmó que la política debe ser un “acto de servicio” y que su decisión de dejar el cargo es lógica y honesta, dada la pérdida de confianza en la dirección del partido por parte del secretario general, Ignacio Garriga, y el presidente, Santiago Abascal. La ex portavoz expresó su satisfacción por haber contribuido al crecimiento de Vox desde su fundación, enfatizando la importancia de sus bases y voluntarios.

Monasterio, quien es arquitecto colegiado, ha manifestado su intención de regresar al sector privado, ironizando que podrá “hacer más vivienda” que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Su salida ha sido interpretada por algunos como la “crónica de un divorcio anunciado”, reflejando el deterioro en las relaciones dentro del partido y la controversia en torno a su familia política.