Esta semana, la Policía Local de Leganés tomó medidas drásticas al precintar un establecimiento ubicado en la calle Batalla de Brunete. Lo que inicialmente parecía ser un bar común y corriente, resultó ser un local clandestino de ocio nocturno, donde se llevaban a cabo fiestas ilegales.
La intervención de las autoridades se produjo tras recibir denuncias de los vecinos, quienes notaron actividades sospechosas en el lugar. Al inspeccionar el local, se descubrió que carecía de licencia para operar y que las salidas de emergencia estaban obstruidas, representando un grave riesgo para la seguridad pública.
Pero eso no fue todo: al adentrarse en el establecimiento, los agentes se encontraron con una escena desoladora. La suciedad reinaba en cada rincón, y para empeorar las cosas, se halló una instalación eléctrica en un estado deplorable, lo que aumentaba el peligro de incendios y electrocución.
Lo que resultó aún más sorprendente para los residentes del área fue descubrir que este local tenía una historia anterior como el famoso bar Gregory, un lugar muy querido por la comunidad. Sin embargo, en lugar de mantener su legado, había sido transformado en un centro de actividades ilegales.
Ante esta situación, la Policía Local procedió a precintar el local, dejando claro que no se levantaría la clausura hasta que los propietarios corrigieran todas las irregularidades y obtuvieran las licencias necesarias para operar legalmente.
Esta intervención policial ha generado preocupación en la comunidad y ha puesto de manifiesto la importancia de garantizar el cumplimiento de las normativas de seguridad y el respeto por la legalidad en este tipo de establecimientos. Los vecinos esperan que esta acción contribuya a mejorar la calidad de vida en la zona y a prevenir futuras situaciones similares.
0 comentarios