Decenas de ciudades acogen protestas estatales para exigir que la vivienda deje de ser un negocio

Este 5 de abril, el movimiento por la vivienda ha vuelto a tomar las calles en una treintena de ciudades españolas, siendo Madrid uno de los principales focos de la protesta. La manifestación, convocada por sindicatos de vivienda y organizaciones sociales, tiene como lema central la exigencia de que “la vivienda deje de ser un negocio”, en referencia a la creciente especulación y encarecimiento del acceso a un hogar digno.

La marcha en Madrid comenzó a las 12 del mediodía desde Atocha y avanza hacia la Plaza de España. Asociaciones vecinales, colectivos sociales y sindicatos respaldan la movilización, que llega cinco meses después de las multitudinarias marchas de octubre de 2024. Según los portavoces, el objetivo es denunciar un modelo económico que, en sus palabras, “asfixia a las familias y enriquece a una minoría rentista” mediante precios inalcanzables de alquiler y compra.

Valeria Racu, portavoz del Sindicato de Inquilinas, subrayó que el problema de la vivienda “no es un fallo del sistema, sino una consecuencia estructural del mismo”. En su intervención, defendió la necesidad de desobediencia colectiva ante leyes que, según afirma, protegen a los grandes propietarios. Racu llamó a la organización de huelgas de alquileres e hipotecas y afirmó que los afectados “no se irán de sus casas” pese a intentos de desalojo.

Las reivindicaciones del movimiento incluyen la reducción inmediata del 50% en los precios del alquiler, la instauración de contratos indefinidos, la recuperación de viviendas vacías y turísticas para uso social, la ampliación del parque público y la disolución de la Sareb. La protesta estatal marca un punto de inflexión en la lucha por el derecho a la vivienda y plantea posibles nuevas acciones como huelgas coordinadas en todo el país.