La Comunidad de Madrid ha anunciado una inversión significativa de 16,6 millones de euros este año para mitigar los efectos de las olas de calor en los centros sociosanitarios de la región. El objetivo principal de esta iniciativa es proteger la salud de la población más vulnerable ante las altas temperaturas estivales.
Ana Dávila, consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, detalló que estos fondos se destinarán a mejorar la climatización de los edificios, controlar la ventilación y monitorizar la temperatura ambiente con niveles de alerta establecidos. Además, los centros que no dispongan de sistemas fijos de refrigeración contarán con equipos portátiles de aire acondicionado y ventiladores para garantizar condiciones adecuadas.
Durante una visita a una residencia en Vallecas, Dávila destacó que estas medidas buscan garantizar el bienestar máximo de los residentes. En dicha instalación se invirtieron 420.000 euros en nuevos sistemas de climatización para áreas comunes.
El plan también incluye medidas específicas como el refuerzo en la ingesta de líquidos, especialmente entre los residentes mayores, quienes deben consumir al menos dos litros de agua diarios. Se prioriza el traslado de los más vulnerables a zonas más frescas y se adapta el menú con alimentos refrescantes como frutas, ensaladas y gazpacho.
Además, se identifica a los residentes de alto riesgo y se implementan pautas preventivas y de hidratación. Durante las noches se intensifica la vigilancia para detectar cualquier síntoma de malestar debido al calor, como debilidad, mareos o dificultades respiratorias.
Los centros sociosanitarios reciben información detallada sobre las condiciones meteorológicas a través del boletín diario de olas de calor de la Comunidad de Madrid, que este año incorpora datos sobre radiaciones ultravioletas y temperaturas mínimas nocturnas.
La doctora responsable de la residencia visitada subrayó la importancia de proteger a los mayores durante los episodios de calor extremo, dado que presentan una disminución de los mecanismos naturales de defensa. Enfermedades crónicas como EPOC, enfermedad cardiovascular y diabetes, junto con el uso de medicamentos, los hacen más susceptibles a problemas de termorregulación y desequilibrios hidroelectrolíticos.
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