Más de 300.000 vehículos quedarán afectados por la nueva norma de la Zona de Bajas Emisiones, con un coste estimado de hasta 9.000 millones de euros para los conductores
A partir del 1 de enero de 2026, los vehículos sin etiqueta medioambiental no podrán circular por la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Madrid, una medida que afectará a cerca del 15% del parque automovilístico de la capital. Esto supone que más de 300.000 coches quedarán fuera de la ciudad, según los datos estimados por expertos en movilidad.
El objetivo de esta restricción es reducir la contaminación y avanzar hacia un modelo de transporte más sostenible. Sin embargo, la medida ha generado preocupación entre los conductores, especialmente entre aquellos con rentas más bajas, quienes suelen depender de vehículos antiguos para sus desplazamientos diarios. Según cálculos de Pedro Javaloyes, director de comunicación de la asociación Dvuelta, el coste total para sustituir estos coches por otros más nuevos oscilará entre 6.000 y 9.000 millones de euros. “Haciendo un muy prudente cálculo de entre 20.000 y 30.000 euros por el coste del vehículo de reposición, el impacto económico es absolutamente tremebundo”, afirma.
Javaloyes también ha subrayado que la mayoría de los madrileños afectados utiliza estos vehículos para ir a trabajar. “Están en los barrios de rentas más bajas y no se les ha dado una alternativa real. Es un verdadero problema al que no se le ha puesto solución desde ninguna parte”, señala, reclamando ayudas específicas y planes de apoyo por parte del Ayuntamiento y las administraciones públicas.
A falta de nuevos anuncios oficiales, el Ayuntamiento de Madrid mantiene la entrada en vigor de la normativa, que contempla multas de 200 euros para quienes circulen con un coche sin etiqueta. Las asociaciones de automovilistas piden medidas transitorias o incentivos al cambio de vehículo, mientras que colectivos ecologistas celebran la decisión como un paso necesario hacia una ciudad más limpia y con mejor calidad del aire.






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