Estudiantes y piquetes de la plataforma Por la Pública protagonizan el primer día de paro académico en la universidad madrileña.
La Universidad Complutense de Madrid (UCM) amaneció casi desierta este miércoles durante la primera de dos jornadas de huelga en las universidades públicas madrileñas, convocada por la plataforma Por la Pública. La mayoría de las facultades registró una asistencia mínima de estudiantes y profesores, mientras los piquetes informativos recorrían los pasillos invitando a sumarse al paro. Según testimonios recogidos en la Facultad de Ciencias Físicas, los piquetes realizaban preguntas sobre la financiación universitaria y recordaban la importancia de la movilización para preservar los recursos públicos. Solo se habilitaron aulas puntuales para quienes quisieran asistir a clases o estudiar, mostrando la magnitud de la adhesión al paro.
El paro se desarrolló con escenas de campus desierto: la Biblioteca María Zambrano permaneció cerrada, y facultades como Ciencias de la Información y Matemáticas se encontraban prácticamente vacías. Los piquetes incentivaban a los pocos presentes a sumarse, mientras algunos profesores cerraban las aulas en un intento de continuar con la actividad académica. Los estudiantes aseguraron que la huelga busca defender el derecho a una educación pública y evitar recortes que afectan la investigación y los contratos predoctorales, según explicó Jesús Navarro, investigador de la UCM, quien subrayó los problemas económicos y de financiación que afectan a docentes e investigadores.
Los empleados y bibliotecarios participantes alertaron sobre riesgos de privatización encubierta y control ideológico en las universidades públicas. Rosana Díaz y Diego Núñez destacaron que estas medidas podrían limitar el pensamiento crítico y afectar infraestructuras clave, como las bibliotecas universitarias. El paro se presenta como una protesta frente a la política de recortes y la presión sobre la educación superior, recordando episodios recientes como la falta de presupuesto en la biblioteca de Filosofía de la Complutense.
En contraste, la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) no se sumó oficialmente a la huelga, y en sus aulas se observó una asistencia relativamente normal. Esto generó un contraste evidente entre centros universitarios, evidenciando la disparidad en la movilización estudiantil y en la percepción de la problemática. Los organizadores de la huelga destacaron que la participación en la Complutense refleja el compromiso de los estudiantes con la defensa de la universidad pública, mientras que la respuesta de otros centros subraya la necesidad de diálogo y coordinación entre las distintas instituciones académicas.






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