La selección italiana remontó una final épica y frustró el sueño español en una edición marcada por la entrega y la sorpresa

La Selección española de tenis no logró culminar su extraordinaria trayectoria en la Copa Davis 2025, cayendo por 2-0 ante Italia en la final disputada en Bolonia. El punto decisivo llegó con la remontada de Flavio Cobolli, que venció a Jaume Munar por 1-6, 7-6(5) y 7-5, un duelo que cambió el rumbo de una eliminatoria que España había llegado a dominar. Con este triunfo, Italia se proclamó campeona del mundo por tercera vez consecutiva y cuarta en su historia, firmando un torneo perfecto sin ceder un solo punto.

El conjunto italiano logró el título pese a competir sin sus dos principales figuras, Jannik Sinner y Lorenzo Musetti, demostrando una profundidad de equipo que volvió a situarlo en la élite del tenis mundial. Mientras tanto, España afrontó la fase final con una plantilla sin Alcaraz, pero unida en torno a jugadores como Munar, Pedro Martínez, Pablo Carreño y Marcel Granollers, quienes sorprendieron jornada tras jornada y llevaron al equipo hasta una final que pocos pronosticaban.

La aventura española estuvo cargada de épica. La llamada “Davis del pueblo” dejó momentos memorables, desde la clasificación in extremis a la Final a 8 hasta la semifinal y final disputadas con una intensidad admirable. El equipo pasó de estar a una bola de quedar fuera a situarse a un set de forzar los dobles por el título. Incluso en la final, tras la derrota inicial de Carreño ante Berrettini, Munar llegó a endosar un contundente 6-1 en el primer set a Cobolli, alimentando el sueño de una remontada histórica.

Finalmente, el empuje del público italiano y la reacción del equipo transalpino frenaron la gesta española. Aun así, esta Copa Davis se recordará por la entrega, el espíritu colectivo y la conexión con la afición. La derrota en la undécima final de España no empaña un recorrido que quedará grabado en la memoria del tenis nacional, demostrando que incluso sin sus grandes estrellas, la Armada todavía sabe competir con alma.