El Ejército israelí avanza hacia la primera fase del plan de alto el fuego impulsado por Donald Trump, que incluye la liberación de rehenes en manos de Hamás

El Ejército de Israel ha anunciado este jueves el inicio de los preparativos operativos para ejecutar la primera fase de su retirada de la Franja de Gaza, en cumplimiento del acuerdo de alto el fuego firmado recientemente con Hamás bajo la mediación del expresidente de Estados Unidos Donald Trump. El anuncio marca un punto de inflexión en el conflicto, tras meses de enfrentamientos que han dejado miles de víctimas y una devastación generalizada en el enclave palestino.

A través de un comunicado oficial, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que ya están implementando un protocolo de combate que permitirá replegar sus tropas hacia la conocida como “línea amarilla”, una franja que se extiende entre 1,5 y 6,5 kilómetros desde la frontera israelí. “El Ejército ha comenzado los preparativos operativos para implementar el acuerdo. Como parte de este proceso, se están llevando a cabo los preparativos y un protocolo de combate para pasar pronto a las líneas de despliegue ajustadas”, señala el comunicado.

El plan de paz de Trump contempla que esta primera fase de retirada se complete antes del próximo lunes, fecha en la que las milicias gazatíes —lideradas por Hamás— se comprometen a liberar a 48 rehenes aún cautivos. Según el diario israelí Haaretz, esta etapa permitirá a las brigadas de Hamás, así como a otros grupos como la Yihad Islámica Palestina, localizar y entregar a los secuestrados. De los rehenes contabilizados, las autoridades israelíes estiman que una veintena sigue con vida.

Aunque el Ejército ha reiterado que mantiene su presencia militar en Gaza y se encuentra preparado para “cualquier desarrollo operativo”, esta retirada parcial podría suponer un avance significativo hacia la desescalada del conflicto. Aún no se han dado a conocer los plazos para las siguientes fases, pero fuentes israelíes confirman que, tras la primera reubicación, sus tropas continuarán controlando aproximadamente la mitad del territorio gazatí, frente al 80 % actual.

De cumplirse los términos del acuerdo, esta operación marcaría el primer paso tangible hacia una tregua duradera en la región, bajo la supervisión internacional y con la esperanza de un alivio humanitario para la población civil de Gaza.