Con motivo del día del libro, desde LGN Medios traemos una serie de recomendaciones literarias que puedes conseguir en las librerías de Leganés. En esta ocasión, ‘Fuego al machismo moderno’ de Jùlia Salander
“Ni machismo ni feminismo, igualdad”, “El feminismo ha llegado demasiado lejos”, “Si te vistes así, luego no te quejes”, “Las cuotas discriminan a los hombres”, “La palabra de una mujer puede destrozar la vida de un hombre”, “La violencia no tiene género”, “La mayoría de los agresores sexuales son inmigrantes”… Estos son solo algunos ejemplos de las frases que se escuchan en comidas familiares, conversaciones en el trabajo o en las redes sociales. Jùlia Salander, activista feminista, da respuestas para todas y cada una de ellas en ‘Fuego al machismo moderno’ (Montena).
El propósito de este libro, como explica su autora, es “desmontar el relato machista frase a frase, idea por idea”: “Aquí encontrarás respuestas para cuando te quedes en blanco, herramientas con las que desarmar esos argumentos que pretenden invalidar, y un chute de análisis crítico que nos permita reconocer y combatir incluso las formas más sutiles de violencia simbólica”.
El feminismo ha llegado demasiado lejos, ahora se discrimina al hombre
Las personas machistas han encontrado una y mil formas de tratar de deslegitimar el feminismo. Una de las más comunes —pero no la única— es la frase “ni machismo ni feminismo: igualdad”. Salander empieza explicando cómo a simple vista parece que se hace un llamamiento hacia la igualdad, que en esencia está bien. Sin embargo, esta frase posiciona el feminismo como si fuese lo contrario que el machismo, cuando no es así. Equipara a ambos movimientos como si fuesen negativos y posiciona la igualdad como la solución a los dos.
“El machismo es un sistema que históricamente ha oprimido a las mujeres y ha otorgado privilegios a los hombres, mientras que el feminismo es un movimiento que busca justamente desmantelar esas desigualdades, terminar con esta opresión y lograr la igualdad”. Aunque la autora señala cómo en la lógica de la frase hay una parte que no está mal del todo —que es entender el machismo como algo negativo y discriminatorio— la “trampa” de esta afirmación es una mala definición del feminismo, presentarlo como algo discriminatorio para el hombre cuando no es así.
Son este tipo de frases las que tratan de opacar la lucha feminista sin llegar a entenderla. La autora recalca cómo el feminismo también es beneficioso para los hombres, a pesar de que algunos de ellos piensan que “ha llegado demasiado lejos” y ahora les discrimina.
Como señala Salander, asegurar que se ha llegado demasiado lejos “implica creer que existe un límite en la lucha por la liberación de las mujeres, como si hubiera un punto en el que las demandas de justicia, dignidad y equidad fueron excesivas”.
Por otro lado, afirmar que “ahora se discrimina al hombre” también es problemático para la autora. En su obra señala cómo los hombres no se enfrentan, en ningún ámbito, a una discriminación sistemática por el hecho de ser hombres, como si ocurre con las mujeres. “Las estadísticas siguen mostrando que somos nosotras [las mujeres] las receptoras de la violencia machista, tanto en asesinatos como en violencia sexual; las cifras de desigualdad salarial indican que los hombres, de promedio, perciben sueldos más altos que las mujeres en trabajos equivalentes; las tareas de cuidado y las labores domésticas a un recaen mayoritariamente sobre nosotras, limitando nuestras oportunidades de desarrollo profesional y personal… También es notorio que los puestos de poder y decisión en áreas como la política, las empresas y las instituciones educativas están ocupados principalmente por hombres”. La autora concluye afirmando que la pérdida que sufren los hombres de ciertas ventajas puede parecer una discriminación; los cambios que el feminismo propone tratan de eliminar barreras históricas que han limitado las libertades de la mitad de la humanidad “y eso, obviamente, puede acabar con privilegios de los hombres, quienes se resisten a perderlos”.
En definitiva, el feminismo impulsa una transformación social que busca que hombres y mujeres puedan coexistir sin que unos dominen a otros, “decir lo contrario es crear un fantasma del feminismo que odia a los hombres, una maquinaria irracional que persigue venganza y no justicia”.
¿Y las denuncias falsas?
Una de las críticas más frecuentes contra el avance del feminismo y la denuncia de la violencia machista gira en torno a las supuestas denuncias falsas. Se plantea, con preocupación, que la sola palabra de una mujer podría “arruinar” la vida de un hombre, instalando la idea de un sistema injusto que favorece automáticamente a las denunciantes.
Para desmontar estos mitos, la autora recuerda que “el sistema judicial no es una máquina expendedora de sentencias, sino un intrincado proceso de derecho en el que se examinan todas las pruebas y se necesitan evidencias para condenar a alguien”. Cuando una mujer denuncia una agresión sexual, “su palabra es la que activa la maquinaria, no la que determina el resultado”. De manera que “el origen de todo está en el hombre que comete el delito, no en la mujer que pone la denuncia”: “Lo que le jode la vida a un hombre no es la palabra de una mujer, es haber agredido a una mujer”, concluye.
En el año 2023 las denuncias falsas representaron el 0,001%
La intención de frases como esta es situar sobre la mesa el bulo de las denuncias falsas, que la autora también desmonta en las páginas de este libro. La Memoria Anual de la Fiscalía del Estado más reciente que tenemos, que recoge los datos de 2023, informa de que el porcentaje de denuncias falsas que hubo en este año fue del 0,001%.
Asimismo, con estos datos se saca el promedio de denuncias falsas que ha habido en los últimos 14 años: 0,008%. Y si lo dividimos por años: en 202 fue del 0,001%, en 2021 un 0,010%, en 202 un 0,009%… Estos datos demuestran que las denuncias falsas ocupan un porcentaje ínfimo coma que no concuerda con el relato machista “que pretende hacernos creer que la principal ocupación de los tribunales de este país es lidiar con acusaciones falaces interpuestas por mujeres” que quieren sacar algún beneficio.
Además, cabe señalar que denunciar a un agresor no siempre va de la mano con ponerse a salvo. ”De las cincuenta y nueve mujeres que fueron asesinadas por sus parejas en 2023, un 25% había acudido a los juzgados o a comisaría para presentar una denuncia”.
En definitiva, ‘Fuego al machismo moderno’ (Montena) es una lectura interesante y útil, especialmente si en tu día a día te enfrentas a frases o mitos sobre el feminismo que este libro se propone desmontar. Salander trata con claridad diversos temas que afectan a las mujeres: las agresiones sexuales, el consentimiento, la cultura de la violación, la maternidad, el racismo… No obstante, queda fuera una cuestión importante: la realidad de las mujeres trans. No se las menciona, a pesar de que también son víctimas del machismo y, además, de la transfobia. Un apartado dedicado a ellas habría enriquecido el enfoque del libro y reforzado su compromiso con un feminismo verdaderamente inclusivo.
0 comentarios