Las mujeres que no han cotizado pero cumplen ciertos requisitos ya pueden acceder a una pensión no contributiva
Las amas de casa en España han sido históricamente un colectivo invisibilizado en materia de derechos sociales y económicos. Muchas de ellas han trabajado durante décadas en el hogar sin recibir una compensación económica ni cotizar a la Seguridad Social, lo que las dejaba fuera del sistema de pensiones al llegar a la edad de jubilación. Ahora, el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) da un paso adelante y permite que estas personas accedan a una pensión no contributiva si cumplen determinados requisitos.
Esta ayuda está destinada a mayores de 65 años que no hayan cotizado lo suficiente como para acceder a una pensión contributiva. Para recibirla, deben haber residido en España al menos 10 años (dos de ellos consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud), y tener ingresos personales inferiores a 7.250,60 euros anuales. Si conviven con familiares, el límite de ingresos varía según el número y grado de parentesco, siendo más flexible para unidades familiares numerosas.
El Imserso recuerda que esta pensión es incompatible con otras prestaciones, como las de invalidez o asistenciales. La cuantía máxima mensual que se puede recibir es de 517,90 euros, lo que equivale a 7.250,60 euros al año. Se trata de una medida que busca reconocer el esfuerzo silencioso de muchas mujeres que han dedicado su vida al cuidado de sus familias sin obtener por ello reconocimiento económico ni legal.
Este avance representa un paso hacia la justicia social y la igualdad, ya que permite que miles de mujeres mayores accedan a una mínima seguridad económica tras toda una vida de trabajo doméstico. Diversas asociaciones feministas han aplaudido esta medida, aunque insisten en que aún queda mucho por hacer para reparar décadas de desigualdad estructural.
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