El 77% de los pacientes con enfermedades cardiovasculares sufre de sueño de baja calidad, incrementando el riesgo de ansiedad, depresión y uso de fármacos.
El Hospital Universitario Severo Ochoa, en Leganés, ha presentado en el Congreso SEC24 de la Salud Cardiovascular un estudio realizado por su Servicio de Cardiología sobre la calidad del sueño en pacientes con enfermedades cardiovasculares. La investigación, dirigida por el cardiólogo Raúl Gascueña, ha detectado que el 77% de los pacientes hospitalizados en este contexto presentan una calidad del sueño deficiente, lo que repercute en un mayor uso de fármacos y el desarrollo de ansiedad y depresión.
El estudio revela que la ansiedad y la depresión aumentan en un 60% el riesgo de mala calidad del sueño, lo que a su vez está relacionado con complicaciones adicionales, como elevación de la presión arterial, mayor inflamación, niveles elevados de glucosa y obesidad. Además, el estudio asocia estos problemas a un mayor riesgo de aterosclerosis, aumentando el peligro de acumulación de colesterol en las arterias.
Factores económicos y del entorno también influyen en la calidad del sueño. Los pacientes con bajos niveles de ingreso o viviendas que no favorecen un descanso adecuado son más propensos a sufrir alteraciones en el sueño. Sin embargo, el estudio no ha encontrado diferencias significativas en la calidad del sueño según edad, sexo, estado civil o nivel educativo.
Otro hallazgo del estudio es el aumento en la toma de fármacos entre pacientes con sueño de baja calidad, quienes, en promedio, consumen 11 medicamentos frente a los 8 en pacientes con mejor calidad de sueño. Además, los pacientes con sueño deficiente tienden a requerir hospitalización durante un promedio de tres días adicionales, lo que subraya la importancia de abordar estos problemas para mejorar la recuperación y el bienestar.
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