Un polémico penalti permitió a los catalanes vencer a Las Palmas, frustrando la permanencia del Leganés pese a su triunfo ante el Valladolid

El RCD Espanyol logró mantenerse en Primera División tras una tensa victoria por 2-0 ante Las Palmas, ya descendido, en la última jornada de LaLiga. El partido se definió con un discutido penalti sobre Alejo Véliz, señalado por Ortiz Arias en el minuto 65 tras una acción con Essugo. Javi Puado convirtió la pena máxima y, poco después, Pere Milla sentenció el encuentro. La victoria hizo inútil el contundente triunfo del Leganés (3-0) frente al Valladolid, que necesitaba un tropiezo de los catalanes para salvarse.

El encuentro en el Stage Front Stadium comenzó con nervios y sin claridad para el Espanyol, que llegaba obligado a ganar. Las Palmas, ya sin presión por el descenso confirmado, manejó mejor el balón durante el primer tiempo, mientras en Leganés los locales se adelantaban en el marcador, acercándose a la permanencia. Pero todo cambió en el segundo tiempo en Barcelona, cuando el penalti convirtió a Puado en héroe blanquiazul por segundo año consecutivo.

La salvación desató una invasión del campo por parte de la afición periquita, que coreó el nombre de sus ídolos: el portero Joan García, el técnico Manolo González y el propio Puado. “Ha sido un año de lucha. Esta victoria vale una temporada”, declaró el entrenador, visiblemente emocionado. Mientras tanto, en Butarque, las lágrimas inundaban los rostros de los jugadores del Leganés, que tras una gran primera parte vieron cómo su destino se decidía desde Barcelona.

El descenso del Leganés, apenas un año después de su ascenso, deja al equipo en una situación compleja a nivel económico y deportivo. Aunque la grada coreó “Volveremos”, el club deberá reestructurar su plantilla. Por su parte, el Espanyol cierra la temporada con alivio, pero también con señales de alerta que invitan a una reflexión profunda para evitar otro año al borde del abismo.