La falta de vacunación en los menores contribuyó a la expansión del brote, que ya ha afectado a más de 500 personas dejando la muerte de dos niños
Un brote de sarampión que comenzó a principios de enero en el noroeste de Texas ha generado una grave crisis sanitaria en la región. Hasta la fecha, más de 500 personas han contraído el virus, y dos niños han fallecido como resultado de la enfermedad. El último de estos decesos ocurrió el pasado jueves, cuando una niña de ocho años murió a causa de complicaciones por sarampión. Según fuentes del Hospital Universitario de Lubbock, la menor no presentaba antecedentes sanitarios graves, pero no estaba vacunada, lo que contribuyó a su desenlace fatal.
Este suceso ha llevado a las autoridades sanitarias a reiterar la importancia de la vacunación. En un comunicado, el hospital destacó que «este lamentable hecho subraya la importancia de la vacunación», instando a la población a mantenerse al día con las inmunizaciones para prevenir no solo los brotes, sino también las muertes evitables. Además, el Departamento de Sanidad de Texas reportó que la mayoría de los casos de sarampión se han concentrado en el condado de Gaines, donde las tasas de vacunación son significativamente más bajas que en el resto del estado.
Este brote de sarampión no solo ha afectado a la comunidad local, sino que también ha elevado la cifra de casos nacionales. En lo que va de 2025, ya se han registrado más de 600 casos de sarampión en Estados Unidos, más del doble que el año pasado. En este contexto, el brote en Texas se ha convertido en un punto crítico de atención, con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) monitoreando de cerca la situación.
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