El incidente ocurrió durante la presentación de Matar a Rubiales, donde el exmandatario deportivo aseguró haber temido por la seguridad del público

La presentación del libro Matar a Rubiales, escrito por el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, se vio interrumpida este miércoles en Madrid después de que su tío, Luis Rubén Rubiales, irrumpiera en el acto y le lanzara dos huevos mientras le insultaba al grito de “sinvergüenza”. El exdirigente esquivó los impactos y el atacante fue rápidamente reducido y detenido, permitiendo que el evento continuara sin mayores altercados.

Rubiales, visiblemente alterado, habló posteriormente del susto que vivió al ver a su familiar abalanzarse sobre él y explicó por qué intentó encararse con él antes de ser retenido por varios asistentes. El exmandatario afirmó que temió por la seguridad de una mujer embarazada y dos niños que se encontraban en primera fila, lo que le llevó a reaccionar instintivamente. “La suerte es que me han parado. No sé si tenía un arma o algo… Me he asustado mucho”, señaló. Añadió que el lanzamiento de huevos “le daba igual”, pero reconoció que la preocupación por el público fue lo que lo impulsó a actuar.

En relación con su tío, Rubiales lo describió como “una persona desequilibrada” y lamentó la situación familiar que ha derivado en este incidente público. “Es una pena. Veremos qué podemos hacer para que no vuelva a suceder”, afirmó. El exmandatario también insistió en que su primera reacción fue por miedo a que el atacante pudiera estar armado debido a la oscuridad parcial de la sala y la tensión del momento.

El evento literario se centraba en la presentación de un libro en el que Rubiales repasa su etapa al frente de la RFEF y expone su versión sobre el polémico beso no consentido a Jennifer Hermoso durante la final del Mundial femenino de 2023. Un episodio que provocó su suspensión por la FIFA, su dimisión, y que finalizó con una condena por agresión sexual. El exmandatario insiste en el libro en que ha sido víctima de lo que califica como una “cacería woke”, asegurando que su caso se utilizó políticamente para desviar la atención de decisiones gubernamentales.