Los expulsados del antiguo centro educativo denuncian falta de alternativas habitacionales tras el desalojo policía
Alrededor de medio centenar de personas desalojadas del antiguo instituto B9 de Badalona pasaron la noche del miércoles a la intemperie, concentradas frente al edificio que había sido desahuciado por los Mossos d’Esquadra y posteriormente tapiado. Los afectados se reunieron en la explanada próxima al inmueble, situada entre bloques del barrio de Sant Roc, donde encendieron hogueras improvisadas y compartieron alimentos ante la ausencia de un lugar donde resguardarse. Muchos de ellos permanecieron con maletas, mochilas y bolsas, mientras aseguraban que una parte importante de sus pertenencias había quedado en el interior del edificio.
Representantes de las personas desalojadas denunciaron que los servicios sociales municipales no ofrecieron alternativas habitacionales tras el operativo. Ibra Sané, uno de los afectados, afirmó que fueron expulsados “sin poder recoger nada” y explicó que herramientas básicas para trabajar, como bicicletas y carros, permanecen dentro del recinto. Según detalló, el asentamiento había llegado a albergar a unas 400 personas, muchas de ellas jóvenes africanos que subsisten mediante la recogida de chatarra, aunque también había residentes con contrato laboral y documentación en regla que no podían acceder al mercado del alquiler.
Las condiciones de la primera noche fueron descritas como especialmente duras. Las tiendas de campaña resultaron insuficientes para todos y, según los afectados, la zona quedó a oscuras pasadas las 21:30 horas tras apagarse las farolas. Sané calificó la situación como “desastrosa” y señaló que alrededor de 50 personas presentan trastornos psíquicos, incluidos casos de epilepsia. Pese a la incertidumbre, los desalojados aseguraron que no tenían intención de abandonar la ciudad y permanecieron en el lugar a la espera de una solución.
En paralelo, unas 250 personas participaron en una marcha de protesta contra el desalojo, que recorrió varias calles de Badalona y provocó cortes puntuales de tráfico. Los Mossos establecieron un cordón policial para impedir el acceso al Ayuntamiento y al edificio desalojado. La movilización concluyó sin incidentes, mientras plataformas sociales como Badalona Acull lograron habilitar alojamiento temporal para un número reducido de afectados. El desalojo reabrió el debate sobre emergencia habitacional, migración y políticas sociales en el municipio.






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