La creadora mallorquina habló en el programa Haciendo Click con… de LGN Radio sobre la realidad del éxito en RRSS: meses brillantes y otros en los que apenas llega a cubrir gastos
En una entrevista con LGN Radio, en el programa Haciendo Click con…, Nerea Rodríguez, conocida en redes sociales como @ohlileven, ha confesado que los ingresos que recibe por ser creadora de contenido varían mucho según el mes. La influencer, que acumula más de 300.000 seguidores entre Instagram y TikTok, desgranó con naturalidad cómo funcionan los ingresos en este sector tan idealizado y opaco en temas de dinero.
“Depende muchísimo del mes”, explicaba. “Enero y febrero son flojos, las marcas apenas activan campañas. Con los gastos de autónomos, agencia y gestoría, a veces me quedo en 600 euros. Pero luego hay otros meses que gano 5.000, no te voy a engañar”. Una sinceridad poco habitual en un mundo en el que casi nadie habla de dinero.
De 600 a 5.000 euros al mes: La montaña rusa de vivir de las redes sociales

Antes de dedicarse a las redes, Nerea trabajaba en agencias de publicidad, donde —según cuenta— llegó a cobrar apenas 13.000 euros al año. “Ahora gano tres o cuatro veces más que en comunicación, pero también hay mucha incertidumbre. No sabes cuánto vas a ingresar el mes siguiente”, admitía.
El lado menos visible del trabajo en redes
Rodríguez reconoció que, aunque su trabajo parece fácil o divertido, detrás hay una carga mental enorme. “Hay planes que no disfruto porque estoy pendiente de grabar, de los tiempos de entrega, de si a la marca le gusta o no. Si fuera un plan que pago yo, lo viviría de otra manera”.
Su día a día se reparte entre grabar varios lugares en una jornada, editar vídeos hasta la madrugada o responder correos y propuestas de colaboración. “Es un lujo y se cobra bien, pero mentalmente te agota. A veces estoy hasta la una editando stories o enviando material para aprobar”.
El móvil como herramienta… y como cárcel
La creadora confesó que su gran reto es aprender a desconectar. “La semana pasada el móvil me dijo que lo había usado nueve horas y media al día”, contaba entre risas, “y duermo ocho horas”.
Por eso ha decidido comprarse un móvil de tapa, de los de antes, para llevarlo algunos días y separarse del bombardeo de notificaciones. “Voy a usarlo cuando quiera vivir de verdad las cosas, sin estar grabando todo el rato. Me he dado cuenta de que a veces estoy en un sitio, pero no lo estoy viviendo”.






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