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Esta es una guía esencial para pensar uno de los problemas centrales del siglo XXI, el cambio climático
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‘Crisis climática’ es el primer libro de Irene Gómez-Olano y Romero, filósofa y redactora en Filosofía & Co. Puedes conseguirlo aquí
Las obras de ciencia ficción o las distopías tienden a reflejar las preocupaciones de las sociedades que las crean. Llegan a ser un escaparate en el que la humanidad proyecta sus esperanzas o mayores pesadillas. En los últimos años, el género distópico ha puesto el foco en uno de los mayores desafíos del siglo XXI: la crisis climática. El miedo a los robots o a la guerra nuclear han sido (en parte) reemplazados por el temor a las consecuencias derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta —No mires arriba o Mad Max: Fury Road son ejemplos de ello—.
Esta preocupación no solo se muestra en el cine. Reciclar, usar el transporte público, comprar ropa de segunda mano… Parece que cada vez tomamos más conciencia del impacto que tenemos sobre el planeta. Sin embargo, parece que aunque tratemos de reducir nuestra huella, no es suficiente para revertir el daño a nuestro planeta.
Para pensar en actuaciones que puedan frenar el cambio climático, es esencial el diálogo entre disciplinas científicas, éticas o económicas. Esto es justo lo que propone la filósofa y redactora de Filosofía & Co Irene Gómez-Olano y Romero en su primer ensayo Crisis climática, publicado en la Colección de la caverna de Filosofía & Co. La autora presenta una guía para pensar el gran problema del siglo XXI. CRISIS CLIMÁTICA – Irene Gómez-Olano y Romero | Libros de FILOSOFÍA&CO
La dimensión filosófica del debate climático
La filosofía se suele concebir como una disciplina abstracta y alejada de las preocupaciones cotidianas. Sin embargo, Irene Gómez-Olano demuestra en su ensayo cómo “hay muchas maneras de hacer filosofía”. “Lo que yo trataba de mostrar en el libro es que, por un lado se puede hacer filosofía de asuntos que nos preocupan a todas y por otro lado, hay otros filósofos y rutas filosóficas que han transitado ya estas sendas, no tenemos que empezar de cero”, asegura a LGN Medios. En este afán de recuperar el testigo de escritores/as pasados, la autora hace una recopilación o introducción al planteamiento de la crisis ecosocial desde el punto de vista de la filosofía.
¿Qué decía la filosofía griega sobre la naturaleza? ¿Y el cristianismo? ¿La visión de la naturaleza que tuvo Marx sigue siendo actual? ¿Qué pasa con Darwin? Gómez-Olano da respuesta a todas estas preguntas, y anima, sin perder de vista los aportes pasados, a seguir investigando sobre cómo ha evolucionado la relación entre el ser humano y la naturaleza.
La filosofía ha hecho grandes contribuciones en este ámbito a lo largo de los siglos, pero esta disciplina no es “autosuficiente”. La autora reivindica “una filosofía que integre otras disciplinas”, que tenga en cuenta, por ejemplo, “las leyes de la termodinámica” y sea consciente de que “vivimos en un planeta finito”, pero también que contemple el perfil económico de esta crisis.
¿Somos los culpables de la crisis climática?
Cuando hablamos de la crisis climática, a Gómez-Olano le gusta pensar “en términos de qué diferencia la culpa de la responsabilidad”. Por un lado, la filósofa señala como causante de esta situación a “un sistema económico extractivista” que promueve la desigualdad y que se personifica, por ejemplo, en los dueños de “los 300 yates más grandes del mundo”, que “emiten cada año tanto dióxido de carbono como el equivalente a un país de 10 millones de habitantes”.
Sin embargo, si pensamos en términos de responsabilidad, la autora nos incluye a todas/os: “Yo creo que no todos somos culpables en ese sentido, pero somos responsables de asumir que podemos ser sujetos activos en el mundo que viene y que deberíamos tratar de transformarlo a mejor”.
Reivindica no limitarnos a pensar en la dimensión individual de qué podemos hacer en el ámbito del consumo o del reciclaje de residuos, sino que nos invita a ir más allá, y pensar en qué podemos hacer para “construir alternativas políticas, económicas y sociales que se opongan a este sistema económico”. Es aquí donde asegura que sí somos responsables: “En un sentido positivo, tenemos la capacidad de aportar soluciones imaginativas para este problema”.
La economía, el motor de la crisis ecosocial
A lo largo de este ensayo se recalca cómo la crisis ecosocial “es un problema del sistema terrestre en su conjunto” que “involucra tanto a los procesos naturales como las sociedades humanas de las que estos dependen”. Es por ello por lo que en la reflexión sobre la crisis climática no debemos perder de vista la economía. La escritora afirma rotundamente en su ensayo que “el sistema económico (y su ideología) es el principal responsable de la hecatombe ambiental”.
“Los datos de la crisis ecosocial apuntan a que este es un problema de nuestro sistema económico”, defiende Gómez-Olano durante la entrevista con LGN Medios. En su ensayo afirma que “si bien la crisis ambiental no sería posible si en el ser humano no hubiera un potencial destructivo (…), un buen análisis económico desvela que la tendencia a acumulación del capitalismo y la explotación a la que somete a los seres humanos y la naturaleza son determinantes”.
La interdisciplinaridad, la clave de la reflexión climática
En definitiva, para abordar esta crisis se necesitan diferentes perspectivas y disciplinas. Esta interconexión es clave según Gómez-Olano para “no quedarnos en una visión muy parcial de los problemas”. La filósofa explica a LGN Medios cómo no es suficiente pensar esta problemática únicamente desde la economía, la tecnología o la filosofía, sino que es imprescindible unir todas las disciplinas.
Si únicamente consideramos “problemas de redistribución económica en torno a la crisis ecológica sería terriblemente cortoplacista”; en segundo lugar, “si solo pensamos en problemas tecnológicos” estaríamos ignorando quién controla o maneja esos “recursos tecnológicos, energéticos y empresariales”, y por último, si sólo tuviéramos “una visión filosófica entendida desde lo conceptual”, sería un abordaje demasiado abstracto que no nos permitiría bajar la reflexión para estudiar qué “estrategia necesitamos para recomponer el metabolismo socio-natural”.
¿Qué podemos hacer?
En la lucha contra el cambio climático y los esfuerzos para cuidar nuestro planeta conviven sentimientos de esperanza y frustración. La aportación individual que podemos llegar a hacer en nuestro día a día no siempre parece suficiente, y esto nos puede hacer sentir decepcionados/as. Por ello, hemos preguntado a la autora de esta guía, que nos ha animado y recordado que “somos sujetos lo bastante inteligentes como para no quedarnos solamente en la frustración y plantear hojas de ruta en positivo”.
La filósofa anima a transformar esa ansiedad y rabia que nos puede provocar la devastación ambiental o sabernos parte del sistema. Debemos tratar de convertir estos sentimientos en el motor que impulse a “una verdadera oposición activa al actual estado de las cosas”; a la organización, a “pensar estratégicamente a largo plazo, un plan en común”. Irene Gómez-Olano termina la entrevista con LGN Medios invitando a no “resistir” porque “desde el punto de vista de la resistencia solo se puede retroceder”, por ello, “es hora de pasar a la ofensiva, de pasar al contraataque” y recordar que “nunca se ha dado una catástrofe sin respuesta”.
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