Las manifestaciones propalestinas obligaron a suspender el recorrido final tras incidentes en el centro de la capital
La organización de la Vuelta Ciclista a España ha cancelado la última etapa prevista en el centro de Madrid debido a las protestas propalestinas que interrumpieron el recorrido. Los manifestantes invadieron varias zonas del trazado, lo que obligó a detener el pelotón en varias ocasiones y, finalmente, a suspender la competición a falta de unos 50 kilómetros para el final. Los corredores se bajaron de las bicicletas y fueron trasladados en los coches de sus equipos.
La situación se complicó especialmente en el Paseo del Prado, a la altura de Atocha, donde se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad. La Policía Nacional desplegó antidisturbios y realizó cargas tras el lanzamiento de vallas de contención y botellas. Según datos oficiales, 22 agentes resultaron heridos y se produjeron dos detenciones. Pese al dispositivo de seguridad de más de 2.400 efectivos, el operativo no logró evitar la suspensión.
Las reacciones políticas no se hicieron esperar. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, calificó los disturbios de “kale borroka alentada por Sánchez y sus ministros” y aseguró que “esto no es Madrid”. Por su parte, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, consideró “directo responsable” al presidente del Gobierno de que “la violencia haya vencido al deporte”. Desde el plano internacional, el Gobierno de Israel reprochó a Sánchez haber “animado” las manifestaciones y calificó la cancelación de “vergüenza”.
La etapa final debía recorrer enclaves emblemáticos como la Puerta del Sol, la Gran Vía y la Plaza de Oriente, con la previsión de más de 50.000 asistentes. Sin embargo, la alteración del recorrido y la presión de las protestas impidieron culminar el evento. La cancelación supone un hecho inédito en la historia reciente de la Vuelta, que cierra esta edición marcada por un clima de tensión política y social.






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