El raro pez abisal que conocemos por las míticas escenas de “Buscando a Nemo” fue visto a plena luz del día en Tenerife

Un diablo negro (Melanocetus johnsonii), una de las criaturas más enigmáticas de las profundidades oceánicas, ha sido avistado por primera vez en la superficie en aguas de Tenerife. El hallazgo fue realizado por la ONG Condrik-Tenerife, que documentó con imágenes el histórico encuentro. Se trata de un hecho sin precedentes, ya que hasta ahora solo se habían registrado ejemplares muertos, larvas o imágenes obtenidas con vehículos submarinos a más de 2.000 metros de profundidad.

El equipo conformado por la bióloga marina Laia Valor, junto a los investigadores Marc Martín y Antonio Sabuco, detectó al extraño pez a solo dos kilómetros de la costa. Su aparición ha generado gran interés en la comunidad científica, ya que este animal vive en total oscuridad y se desconocen las razones de su llegada a la superficie. Entre las hipótesis se barajan factores como corrientes ascendentes, enfermedad o escape de un depredador.

A pesar de su temible aspecto, el diablo negro no representa ningún peligro para los humanos. Se trata de un depredador adaptado a la oscuridad, que usa su icónica antena luminosa para atraer a sus presas. Además, esta especie es famosa por su extrema estrategia reproductiva: en algunos casos, los machos se fusionan con la hembra hasta convertirse en un simple reservorio de esperma, garantizando la reproducción en un ambiente hostil.

Este descubrimiento, registrado en la Red de Observadores del Medio Marino en Canarias (RedPROMAR), representa un avance clave en el estudio de la biodiversidad marina. Investigadores continúan analizando el caso para entender por qué este monstruo de las profundidades emergió a la luz del sol. El océano sigue siendo un lugar de misterios por resolver.