El fuego devastó siete edificios de un complejo residencial de 31 plantas en Tai Po.
El número de víctimas del incendio declarado el miércoles en el complejo residencial Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, en Hong Kong, aumentó este jueves a 55 fallecidos y 279 desaparecidos, según informaron los servicios de emergencia. El siniestro, considerado el peor registrado en la ciudad en los últimos 30 años, dejó además más de 60 personas hospitalizadas en distintos centros médicos con heridas de diversa gravedad. Los equipos de rescate continúan trabajando sobre el terreno para localizar supervivientes, mientras las autoridades mantienen vigilancia constante ante el riesgo de nuevos colapsos estructurales.
El fuego comenzó en uno de los ocho bloques residenciales del complejo y se propagó de manera extrema al resto de los edificios, afectando finalmente a siete de las ocho torres de 31 pisos. La rápida expansión se atribuye a la presencia de andamios de bambú recubiertos con mallas protectoras, lonas impermeables y planchas de poliestireno expansivo, materiales que favorecieron la combustión. Expertos del Departamento de Bomberos calificaron la velocidad de propagación como “inusual”, subrayando que el fuego avanzó por las fachadas exteriores antes de penetrar en el interior de las viviendas.
En las labores de contención participaron 1.250 bomberos, apoyados por 304 vehículos de emergencia, 26 unidades especializadas y cuatro drones destinados a la vigilancia aérea. Después de diez horas de operaciones ininterrumpidas, las llamas quedaron controladas en la mayoría de las áreas, aunque se mantuvieron focos activos en tres de los edificios. El equipo de rescate continúa accediendo planta por planta, con extremo cuidado debido a la caída de fragmentos del andamiaje exterior y al riesgo permanente de desprendimientos.
Las autoridades han detenido a dos directores y un consultor de ingeniería vinculados a la empresa contratista encargada de las obras en el complejo. Los tres enfrentan cargos por homicidio imprudente, al considerarse que la utilización de materiales altamente inflamables pudo contribuir decisivamente a la magnitud del desastre. La investigación continúa en curso para determinar responsabilidades técnicas y legales, mientras la ciudad permanece en alerta y las familias esperan información sobre los desaparecidos.






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