Instituciones Penitenciarias evaluará en una semana la petición del exministro, que deberá acreditar su relación con la persona elegida.

José Luis Ábalos ha presentado su primera solicitud de vis a vis íntimo desde su ingreso en la cárcel de Soto del Real, un trámite que deberá ser analizado por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, encargada de autorizar o denegar la petición en el plazo de una semana. Según fuentes penitenciarias, el exministro ha incluido en su solicitud los datos necesarios para acreditar su relación con la persona con la que desea mantener el encuentro, tal y como exige la normativa. Aunque oficialmente no se ha confirmado la identidad, diversos indicios apuntan a Andrea, su expareja, con quien habría retomado el contacto en los últimos días.

El entorno de Ábalos y Koldo permanece bajo medidas de seguridad reforzada. En el módulo 13 se realizan cacheos diarios y revisiones con perros entrenados con el fin de evitar filtraciones de imágenes de los internos, especialmente tras episodios ocurridos en el pasado con otros reclusos mediáticos. En medio de esta rutina estricta, una de las novedades en la celda que comparten Ábalos y Koldo es la instalación de una televisión adquirida por el exministro en el economato, por un precio cercano a los 200 euros. La operación incluso generó anécdotas entre los funcionarios, después de que Ábalos tuviera dificultades con la instalación del aparato.

Fuentes penitenciarias señalan que el trato de Ábalos y Koldo con funcionarios y compañeros se mantiene correcto y sin incidentes, y que ambos han adaptado sus rutinas: mientras Koldo dedica buena parte del tiempo al deporte, Ábalos centra sus energías en comunicaciones con el exterior, además de mantener reuniones constantes con sus abogados para preparar su estrategia de defensa en el caso de las mascarillas.

El horizonte judicial se ha tensado tras conocerse que el magistrado Leopoldo Puente apuesta por mantenerles en prisión hasta la celebración del juicio. Esto implica que Ábalos, Koldo y Aldama deberán sentarse ante el Tribunal Supremo, mientras el exministro afronta además la pérdida de su sueldo como diputado, su principal fuente de ingresos. Esta decisión judicial prolonga la incertidumbre sobre su situación personal y procesal, mientras continúa su adaptación a la vida en prisión.