Taxistas denuncian la presencia de conductores ilegales que captan clientes fuera de las zonas habilitadas, ofreciéndoles alternativas más económicas pero arriesgadas
Los taxistas en el aeropuerto de Barajas han intensificado la lucha contra los taxistas piratas, aquellos conductores ilegales que captan pasajeros fuera de las zonas autorizadas para ello. Estos “piratas” prometen alternativas más rápidas y baratas, pero en muchos casos terminan cobrando más que la tarifa estipulada de 33 euros. Algunos incluso ofrecen transporte en vehículos particulares, poniendo en riesgo la seguridad de los viajeros. Esta situación ha creado un clima de tensión, con denuncias frecuentes sobre la presencia de estos conductores fuera de control.
Domingo, un taxista de la Federación Profesional del Taxi de Madrid, ha sido uno de los más activos en denunciar estas prácticas fraudulentas. Explica que el problema no solo radica en los conductores ilegales, sino también en los que, aún siendo taxistas con licencia, se saltan las normas de horarios y rutas establecidas. Domingo señala que la AENA, entidad responsable de la gestión del aeropuerto, está al tanto de la situación pero no toma medidas eficaces para erradicarla.
El fenómeno se agrava por la presencia de captadores dentro del aeropuerto, quienes se encargan de atraer a los pasajeros hacia los vehículos ilegales. Según Domingo, estos captadores trabajan de manera organizada, llevando a los viajeros al parking de los VTC o directamente a los coches particulares de los conductores ilegales. “Son 10 o 12 personas que están aquí todos los días”, afirma Domingo, quien añade que, aunque los reconoce, no se ha hecho nada para frenarlos.
Además del engaño a los clientes, los taxistas denuncian la violencia que puede surgir cuando se enfrentan a estos piratas del transporte. Domingo relata que fue agredido recientemente por un compañero de oficio, quien le partió un palo en la espalda y le amenazó de muerte. “Me sacudió dos veces por detrás”, explica. La situación genera un alto nivel de riesgo tanto para los viajeros como para los propios taxistas que intentan proteger la legalidad del servicio. Domingo advierte que los taxis ilegales no cuentan con seguro y, en caso de accidente, los pasajeros podrían ser los más afectados.
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